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domingo, 18 de marzo de 2018

Municipalidades del valle Chicama: Incapacidad de funcionarios y desinterés de autoridades

Un artículo de Juan Salinas Guerra

El 6 de marzo de 2018, el Ministerio de Economía y Finanzas publicó la Resolución Directoral Nº 008-2018-EF/50.01 que aprueba los resultados de evaluación del cumplimiento de las metas del Programa de Incentivos a la Mejora de la Gestión Municipal correspondientes al 31 de diciembre del año 2017. Los resultados que obtuvieron las municipalidades del valle Chicama son decepcionantes: ninguna cumplió a cabalidad con las metas fijadas lo que se traduce en pérdida de recursos, toda vez que cada meta tiene asignado un incentivo el que no llegará a las arcas municipales debido a la incapacidad de los funcionarios y al desinterés de alcaldes y regidores.

En efecto, la municipalidad provincial de Ascope encabeza esta lamentable lista con cinco metas incumplidas: Formulación y ejecución de actividades del Plan Local de Seguridad Ciudadana articulado al Programa Presupuestal 0030, mejora de la gestión urbana y territorial, ejecución presupuestal de inversiones mayor o igual al 75% del Presupuesto Institucional Modificado de Inversiones (PIM), fortalecimiento del Área Técnica Municipal para la gestión del servicio de agua y saneamiento en el ámbito rural, y la elaboración del plan de desarrollo turístico local. El incumplimiento de estas cinco metas representa para la comuna ascopana dejar de percibir 348 mil 923.61 soles, recibiendo sólo 149 mil 538.60 por las tres metas que si cumplió.

La municipalidad distrital de Casa Grande no cumple con cuatro metas, lo que también significa pérdida de incentivos en un contexto en que las transferencias del gobierno central son más necesarias, si cabe, para garantizar el adecuado funcionamiento de los gobiernos locales. La implementación de un sistema integrado de manejo de residuos sólidos municipales, la mejora de la gestión urbana y territorial, la implementación del control interno en los procesos de presupuesto y contratación pública, y el fortalecimiento de la 

¿Por qué tenemos estos resultados?, se pregunta con angustia el ciudadano de a pie. Definitivamente, la responsabilidad es de la alta dirección: alcaldes y gerentes municipales quienes designan a los responsables de cada meta y al coordinador de metas. Pero también debe responder cada coordinador de meta por la confianza y la expectativa, a menos claro, que no tenga las calidades profesionales y laborales que el encargo amerita, en cuyo caso ha usurpado un cargo de mucha responsabilidad. En el colmo de la mediocridad, los alcaldes caminan tranquilos, sin siquiera sonrojarse por el desastre que significan sus respectivas gestiones municipales.

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