El decano del colegio de Economistas de La Libertad, Alejandro Inga Durango señaló que, dados los resultados históricos, no es conveniente que exista en el país una banca de fomento como es el caso de agrobanco.”Hasta el año 1991 existieron el Banco Agrario, el Banco Industrial, el Banco Hipotecario y el Banco Minero con la idea era que si el Estado mantenía estos bancos se iba a propiciar el fomento del sector. En la realidad estos bancos fracasaron, por lo que se tuvo que cerrarlos ante sus carteras pesadas muy altas que eran financiadas por todos los peruanos”.
“En el caso de la agricultura, el Banco Agrario se retomó con el nombre de Agrobanco que tiene poco más de diez años funcionando y no ha dado los resultados esperados, entre otras razones por qué el agricultor se siente con derecho de que el Banco le tiene que dar crédito pero no tiene interés en devolverlo y un banco que no cobra, un banco que no recupera crédito es un banco que quiebra, entonces ¿por qué no quiebra Agrobanco?, muy simple por qué el Estado sigue asumiendo sus pérdidas”, precisó.
“Por tal motivo pienso que el Estado debe tomar la decisión de cerrar Agrobanco y orientar a los agricultores a financiarse con entidades privadas como las Cajas Rurales que fueron creadas con la idea de apoyar a los micro y pequeños empresarios agrícolas. ¿Cómo podría el Estado ayudar a los agricultores? A través de la asistencia técnica dirigida a aumentar su productividad y rendimiento. Los agricultores de los valles Chicama y Jequetepeque-Zaña que no se han modernizado todavía siembran productos de manera tradicional, es decir, el agricultor siembra arroz porque su padre y su abuelo sembraron arroz sin tener en cuenta la orientación al mercado”, acotó.
“Al agricultor hay que darle información de los cultivos que el mercado quiere, los precios internacionales, cómo se debe sembrar estos productos, como e debe incrementar la productividad, brindarle semillas mejoradas, eso es lo que se debería hacer y no por el lado del crédito”, precisó Inga Durango al tiempo de invocar un rol más activo por parte de las municipalidades, las que deben propiciar y estimular el desarrollo económico en coordinación con el Ministerio de Agricultura.