Esto se debe a que sentarse frente a la pantalla de una computadora somete, o separa por completo a las personas de muchas de las capacidades de sentido de sus cuerpos. Para aprender de la manera más eficiente, nuestra mente depende del movimiento de nuestro cuerpo, trabajar con una variedad de herramientas, estar en lugares dinámicos y tener a nuestros colaboradores cerca.
El papel del cuerpo en el pensamiento
En particular, el aprendizaje remoto asume que mientras la mente esté ocupada, está bien si el cuerpo permanece quieto. Pero este argumento es al revés. La investigación de la cognición incorporada, el estudio del papel del cuerpo en el pensamiento, muestra que el cuerpo primero debe interactuar con el mundo para activar y abrir la mente para el aprendizaje.
Por eso, por ejemplo, los estudiantes que trabajan con una variedad de herramientas y materiales durante una actividad de aprendizaje pueden comprender mejor conceptos abstractos, como la aceleración gravitacional o las fracciones. Pedir a los estudiantes que se sienten quietos mientras realizan su trabajo en realidad aumenta su carga cognitiva, o la carga sobre la mente. Requiere que se concentren en aquietar sus cuerpos, que están buscando vías para dar sentido, así como en la tarea principal que los fija en su escritorio o pantalla digital.
Como concluyeron los psicólogos Christine Langhanns y Hermann Müller a partir de estudios de personas que resuelven problemas matemáticos, "Sentarse en silencio no es necesariamente la mejor condición para aprender en la escuela".
Aprendiendo de nuestro entorno
Los pensamientos internos de los humanos son extensiones del mundo que los rodea. Las tecnologías y herramientas que utilizan, las personas con las que colaboran, el paseo que realizan a la escuela o al trabajo, todos evocan sentimientos en el cuerpo. Sus mentes luego ensamblan estos sentimientos, creando significado o pensamientos que están informados por experiencias pasadas.
De esta forma, los pensamientos son iterativos. Las personas sienten su camino a través de los momentos actuales al tiempo que aplican lo que han aprendido a lo largo de la historia acumulada del cuerpo. Aprender a cruzar la calle de forma segura, por ejemplo, requiere práctica. Con el tiempo, el cerebro organiza la información de los sentidos para reconocer un buen momento para cruzar.
Importancia del gesto
El gesto es otro uso esencial del cuerpo para pensar y aprender. Los movimientos de las manos, los giros de cabeza y los encogimientos de hombros de las personas no solo añaden matices y énfasis a las palabras que se dicen a los oyentes, sino que los gestos ayudan a los oradores a convertir los pensamientos en palabras antes de pronunciarlas. En escenarios de resolución de problemas, la investigación muestra que para muchos estudiantes de matemáticas, sus gestos muestran que comprenden estrategias antes de que puedan articular esas soluciones a través del habla. De esta manera, los educadores capacitados para buscar y comprender los gestos pueden ver el proceso de un alumno y el progreso en la comprensión de conceptos antes de que el alumno pueda traducir esa comprensión al habla o una prueba escrita.
Además, los educadores y otros expertos pueden usar los gestos para explicar conceptos de manera más eficiente a estudiantes y novatos. Los gestos hacen visibles las abstracciones, dándoles una forma temporal. Una visión de la persona en su totalidad, por lo tanto, facilita el aprendizaje mutuo. Pero eso es un marcado contraste con el año pasado viendo solo las caras de compañeros y profesores, o simplemente un cuadro en blanco.
Prepárate para moverte
Algunos estudiantes permanecerán en línea este año escolar, debido a problemas de salud u otros, mientras que otros regresarán a las aulas en persona. Ambos modelos pueden incorporar mejor el cuerpo para apoyar el aprendizaje. Los siguientes consejos son para los educadores que diseñan clases remotas o presenciales, aunque los padres y los estudiantes también pueden alentar y ayudar a mantener una cultura activa en el aula.
- Normalice el movimiento durante las clases, no solo durante las pausas de movimiento. Por ejemplo, haga que un vecindario siga el modo de indagación para la lección de ciencias del día. Pida a los estudiantes que traigan sus observaciones a todo el grupo.
- Comience cada clase con tiempo para reunir diferentes materiales para pensar y trabajar, como cuadernos y diferentes tipos de papel, varios instrumentos de escritura y dibujo, masilla y bloques. Incorpore la interacción con estas herramientas a lo largo de la lección.
- Fomente y use gestos. Si está en línea, invite a usar la cámara y aléjese para brindarles a los estudiantes una vista más amplia.
- Construya tiempo para que los estudiantes sintonicen cómo se siente su cuerpo como una ventana a su estado emocional.
- Brindar oportunidades para la iteración, practicando una tarea en diferentes contextos y con diferentes herramientas y personas que involucran al cuerpo de diferentes maneras. El contenido o la gran idea sigue siendo el mismo, pero cómo y con quién se involucran los estudiantes cambia.
- Si está en línea, pruebe plataformas de videoconferencia como Ohyay que intentan replicar la cercanía física y el movimiento en un espacio virtual.
- Considere el aula como una extensión hacia el campus de la escuela y el vecindario. Permitir que los estudiantes experimenten un lugar familiar de una manera diferente, con sus compañeros de clase y el maestro, puede evocar nuevas perspectivas y pensamientos.
Los maestros, padres y estudiantes pueden cambiar sus expectativas de cómo se ve estar “concentrado”. Es posible que caminar, correr o bailar no parezcan estar relacionados con una tarea en particular, pero estas actividades a menudo ayudan a las personas a pensar mejor. La activación del cuerpo activa la mente, por lo que "tiempo de asiento" podría llamarse mejor "tiempo de actividad".