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viernes, 2 de abril de 2021

Primer debate presidencial: Propuestas para el aplauso inmediato, aisladas y desarticuladas, sin visión de país a mediano y largo plazo


Un artículo de Miguel Abraham Vásquez Polo
Decano del Colegio de Licenciados en Administración

Se habló de salud, educación, seguridad y como eje transversal el cáncer de la corrupción. Todos apuntan al que hacer con el mismo objetivo, el problema y la gran diferencia está en el cómo hacerlo, los candidatos que tienen una ideología política definida se basan en ella, los que carecen de ella, se sustentan en el pragmatismo inmediato y la improvisación.

Sus ofrecimientos para solucionar y mejorar estos tres servicios básicos del Estado, han sido muy ligeras, con parchecitos por aquí, otros por allá, carentes de respaldo presupuestal y menos de una propuesta de cambio a mediano y largo plazo, que apunte a una reforma integral del estado, que permita modernizar su desfasada estructura y disminuir a la mínima expresión el sistema de corrupción institucionalizada que existe actualmente. En el tema de seguridad interna o ciudadana, por ejemplo, me hubiese gustado escuchar a los candidatos proponer una solución integral para este flagelo de inseguridad en que vivimos, afectando material y emocionalmente a nuestra sociedad.  

Mientras que las instituciones y sus autoridades directamente responsables (Policía Nacional, Ministerio Público y Poder Judicial) no expulsen la corrupción de su organización y trabajen en forma conjunta y articulada con una misma visión, y cada uno de ellos asuma con responsabilidad y compromiso la tarea que les corresponde, será imposible solucionar este creciente problema. Actualmente, trabajan en forma desarticulada y por su lado, donde muchas veces se enfrentan y se acusan mutuamente de ineficiencia y corrupción. Esto permite que la delincuencia gane terreno y la población perciba que el delincuente tiene más derechos y beneficios que la víctima y el policía que arriesga su vida para capturarlo. Los centros penitenciarios no cumplen con su misión de reinsertar a la sociedad al que delinquió y más bien parecen universidades del delito, donde el delincuente primario hace su bachillerato, maestría y doctorado.

Nuestro país, está adscrito a la ONU, comprometido y obligado a diseñar políticas y ejes de desarrollo estratégicos alineados a lograr los objetivos de desarrollo sostenible al 2030 de UNESCO (ODS), debiendo ser difundido y socializado en todas las instituciones públicas, así como en los programas educativos del Ministerio de Educación. Lamentablemente esto no se hace, y lo más grave es que los líderes de los partidos y agrupaciones políticas no educan a sus candidatos al Congreso para que al menos tengan una línea de trabajo definida en función a sus fortalezas y competencias personales y no estén divagando y haciendo ofrecimientos para lo cual no es de su competencia. 

Me agradaría votar por un candidato que lidere la lucha directa contra la delincuencia común y también contra los de cuello y corbata, que tenga en su agenda inmediata convocar a las autoridades máximas de estas tres instituciones y logre integrarlos en una sola visión, objetivo y meta compartida, trabajando en forma conjunta y colaborativa.

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