Un artículo de Juan Salinas Guerra
El
último aumento de pasajes urbanos e interurbanos tomó desprevenida a la
población que no sabe a quién recurrir para que por lo menos se brinde una
explicación ante el alza desproporcionada que muy alegremente establecieron los
transportistas en la provincia de Trujillo.
Luego
que el Gobierno aumentara el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a los
combustibles, al menos 11 empresas de transporte en Trujillo incrementaron el
precio de los pasajes entre 40 y 50 céntimos. Las empresas Señor de los
Milagros, Nuevo California, Cielo Azul, Libertad e Ícaro subieron sus precios
de S/1.00 a S/1.50, lo que significa un aumento del 50%, mientras que Huanchaco
Express y Laredo aumentaron de S/1.50 a S/2.00 que representa el 33% de
aumento.
Entendemos
que si los insumos para brindar un servicio suben, es coherente que los
empresarios trasladen ese aumento al usuario final, no hacerlo sería asumir ese
costo adicional y consecuentemente reducir su ganancia. Lo que está en
discusión es la proporción del aumento del pasaje en relación con el aumento
del combustible en el caso actual.
El
Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios (Opecu) señaló que la empresa
estatal Petróleos del Perú (Petroperú) al aplicar los nuevos valores del
Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) que grava los combustibles, obtuvo nuevos
precio para gasoholes y gasolinas que aumentaron entre 0.6% y 4.1%, y diésel
vehicular en 4.5%. En todos los casos el aumento es menor al 5%. Considerando
estos datos, un aumento “razonable” siendo generosos, podría estar en el orden
del 20%, es decir los pasajes deberían costar hasta S/ 1.20 lo que antes
costaba un sol y S/ 1.80 aquellos que cobraban S/ 1.50.
Si bien es cierto en el Perú existe una
economía de mercado, por lo que no hay intervención de las autoridades públicas
en la fijación de los precios de las empresas sino que el encuentro de la oferta
y la demanda rige la fijación de precios, el hecho que varias empresas de
transporte suban los precios de los pasajes, todas a la vez, serian comportamientos
sospechosos que indican la posibilidad de una concertación de precios, para lo
cual la oficina local de INDECOPI podría echarle una miradita al tema.
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